Cuando la nieve del invierno en Laponia desaparece, surge un paisaje de colores y elementos cautivadores: agua, verdor, luz…, un entorno fresco y apacible de bosques, lagos y carreteras silenciosas que van trazando suaves curvas, abriendo un horizonte que invita al descanso y al disfrute de la naturaleza. Se trata de la Laponia en verano, desconocida para muchos, de una Laponia que cobra otra vida, más allá de la nieve, una Laponia que se transforma drásticamente. Todo permanece, pero todo se viste con otros colores y con otras posibilidades, en una naturaleza virgen e increíble que se abre ante nuestros ojos.
El otoño es una época que induce al sosiego, por lo que viajar en esta época del año a Laponia tiene un encanto especial, el suelo se va cubriendo de las hojas que liberan los árboles, un fenómeno natural que transforma los bosques en tonos suaves, explosión de vida que se prepara para el letargo invernal. A este cambio de color los finlandeses le llaman Ruska. La naturaleza nos brinda un abanico de colores que nos invitan a la contemplación y la admiración por la naturaleza. Las setas, los mirtillos, arándanos, grosellas y otras delicatesen crecen en otoño, motivos suficientes para viajar a Laponia en otoño.
Suscribase gratis a nuestro boletín y reciba las mejores ofertas y novedades de laponiaviajes.com.
Lea nuestra política de privacidad